Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1881-1882 (Cortes de 1881 a 1884)
Sesión: 7 de junio de 1882
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 146, 4099-4100
Tema: Base 5ª Arancelaria

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Se ha colocado la cuestión en un terreno en el cual yo no puedo seguir al Sr. Moret, porque no es esta la ocasión oportuna; pero ya vendrá ocasión y nos ocuparemos detenidamente de este asunto. Entonces demostraré al Sr. Moret lo que han demostrado ya los hechos: que siempre que he estado en el poder he sido atacado por demasiado prudente y hasta por reaccionario, y antes mucho más que ahora; y después que he dejado el poder se ha dicho: ¡qué razón tenía el Sr. Sagasta para ser prudente y para no andar tan de prisa! (El Sr. Moret: Ya discutiremos eso.)

Pues eso ha sucedido, y temo que sucederá también después.

Dice el Sr. Moret: los partidos liberales tienen necesidad de hacer pronto las cosas, porque viven poco tiempo en el gobierno. Viven poco tiempo en el poder por esto: porque quieren ir demasiado deprisa y porque producen alarmas, es por lo que no dura nada lo que hacen; pero vayan los partidos liberales despacio, y durarán lo que los partidos conservadores. A esto es a lo que aspiro.

Pues qué, ¿dura en el poder poco tiempo en Inglaterra el partido liberal? Vosotros que nos citáis a cada momento a Inglaterra como modelo digno de imitación, ¿por qué no la imitáis en esto? ¿Se precipitan allí mucho para hacer las reformas? Señores, hay reforma que hemos hecho aquí en un día, que ha tardado en hacerse allí veinticinco años. Ahora mismo, ¿no queremos resolver en un día, y la resolveremos, la cuestión del juramento? Pues hace muchísimos años que viene tratándose de esa cuestión en Inglaterra, y todavía el partido liberal no se ha atrevido a resolverla. ¡Ah! Es necesario ante todo que las reformas no asusten, es necesario que no produzcan alarma, porque esas alarmas perjudican a los liberales que intentan esas reformas. Así es que la diferencia entre vosotros y nosotros no consiste más que en esto: en que vosotros queréis en un día hacer todas las reformas que nosotros queremos hacer una tras de otra, de manera que la una ayude y apoye a la otra.

Ahora, ¿cuál es el mejor sistema? ¡Ah Sres. Diputados! Desde luego podéis asegurar que éste; primero, porque esa es la experiencia que nos dan todos los países que lo han seguido; y segundo, porque el sistema del Sr. Moret está completamente desacreditado en España, por lo cual los partidos liberales han durado poco tiempo en el poder. Quede esto sentado por de pronto, sin perjuicio de que entremos en este debate cuando se quiera.

El Sr. Moret, y yo también, queremos la libertad; no hay más sino que el Sr. Moret quiere las reformas inmediatas, a todo trance, cueste lo que cueste, desacrediten o no desacrediten al partido liberal, y yo quiero la libertad real, la libertad práctica, la libertad verdadera, que no traiga nuestro desprestigio; la libertad que no asuste y que no se desacredite. Oigo decir que eso repiten también los conservadores. Pero los conservadores no dan la libertad, se quedan estacionarios, apenas hacen una reforma en el sentido liberal; y nosotros sí, y vamos a todas las reformas y ya tenemos algunas.

Yo le pregunto al partido conservador si aceptaría las reformas que nosotros tenemos presentadas para la organización provincial. Ahí está el proyecto, y yo creo que la Comisión va a dar dictamen. Y no sólo le pregunto al partido conservador si la acepta como suya, sino que le pregunto también si hay una ley más liberal en Europa respecto a la organización provincial.

Ahí está la ley de asociaciones, y yo pregunto si hay alguna ley en Europa que le exceda en espíritu liberal a la que ha presentado el Gobierno.

Tenemos hecha la ley de Ayuntamientos, y el Congreso se convencerá de que no hay en ningún país una ley de espíritu más liberal que la que el Gobierno va a tener la honra de presentar a las Cortes.

La supresión del juramento es un paso liberal. Si el Congreso acuerda la abolición del juramento, bien acordada sea, porque el Congreso es dueño de constituirse como lo tenga por conveniente.

Aquí nos tenéis más liberales que los liberales ingleses; que en ese punto no nos excede nadie, como lo demuestran todas las leyes que tenemos presentadas.

El Jurado, ya os lo he dicho, será presentado en los primeros días hábiles de la próxima legislatura, e irá esta reforma hasta donde no ha ido nunca en este país, incluso en tiempos en que los radicales eran poder y yo con ellos. Por consiguiente, no digáis que los conservadores hacen los mismos argumentos: lo que yo quiero es hacer todas las reformas, pero hacerlas con aquella calma y reflexión que es indispensable para que no alarmen ni asusten a nadie, porque entonces, en vez de hacernos aliados y amigos, nos haremos enemigos, y por eso hemos durado siempre tan poco. Pues, Sr. Moret, es necesario que procuremos durar mucho, y que el partido liberal en España gobierne tanto tiempo o más que el partido conservador; [4099] pero se gobierna por mi sistema; que por el suyo, pronto iremos a llorar en la oposición lo que llaman algunos nuestra desgracia y nosotros nuestros desaciertos, nuestras imprudencias y nuestra intemperancia.



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